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El impacto de la Inteligencia Artificial en la medicina estética

31 de enero de 2024

Escuela Dr. Amin Ariza

El impacto de la Inteligencia Artificial en la medicina estética

La aplicación de la Inteligencia Artificial (IA) en la medicina y cirugía estética está siendo una
realidad transformadora. «Personalizar aún más los tratamientos, controlar la temperatura y otros
parámetros, garantizar aún más la seguridad del paciente o realizar un diagnóstico más detallado»
son algunas de las ventajas, según expertos del sector.

Eva Collar, esteticista y fundadora de los Centros y Clínica de belleza y bienestar Marquessa en
Madrid, España, destaca la utilidad de las máquinas que «controlan la bioimpedancia del tejido a
tratar». Estas máquinas miden la temperatura y ajustan según la tolerancia del paciente,
ofreciendo un enfoque más preciso y seguro.

En el futuro, se espera la incorporación de «una cámara portátil 3D para mejorar el diagnóstico,
analizar las arrugas, las manchas, la grasa o la vascularización de la piel» y para recomendar
tratamientos. Collar afirma que esto permitirá «hacernos una idea del resultado del tratamiento y
compararlo con el rostro actual».

El Diagnóstico Inner Wellness de Gema Cabañero se basa en la IA y «permite localizar no solo la
alteración estética externa que preocupa al paciente, sino su causa interna». Esta tecnología mide
el «nivel de envejecimiento interno de la piel y del organismo con datos objetivos y cuantificables».
Cabañero explica que esto ayuda a «escoger el tratamiento más adecuado y a hacer frente a las
alteraciones que aún no se han manifestado, pero que están ahí».

Otra parte esencial es la «topografía corneal», que «genera gráficos cromáticos de la córnea a
partir de 20.000 puntos». Se evalúan aspectos como «los niveles, la distribución y el daño del
colágeno, sus proporciones y su estado en el resto del organismo». También se examina «el nivel de
glicación, de oxidación y la inflamación celular», afirma Cabañero.

En el ámbito de los trasplantes capilares, la IA ya se aplica en EE. UU. para automatizar el proceso.
El robot ARTAS es capaz de «extraer hasta 6.000 folículos (y de escoger los más robustos) al día»,
superando ampliamente la capacidad manual.

Dennis Ledenkif, CEO de Robosculptor, augura que la Inteligencia Artificial y la medicina y cirugía
estética formarán «un tándem inseparable». Según este experto, la IA «automatizará y mejorará un
sinfín de procesos». Además, predice que «queda poco para que veamos inyecciones de bótox o de
ácido hialurónico realizadas con IA».

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